sábado, 24 de octubre de 2020

Xibalbá.


Siempre me pregunte como seria la muerte.
Como seria verle a los ojos, allí recogiéndote luego de que tu vida se ha extinguido,
siempre quise verla hasta que le conseguí.

La muerte tiene forma de arte y trabaja para ella,
sin ganas de impresionar a nadie,
sobria y con una mirada que te penetra el alma como una bala directamente al corazón,
dulce y amarga a la vez, con tanto que decir en los ojos y con tan pocas palabras en la boca,
la muerte te habla sin decirte nada y va marcada en la piel,
tiene cicatrices que no esconde y que exhibe como medallas parte de su renacer,
la muerte es arte y el arte a su vez es hermoso y destructivo, parte de un ciclo de creación constante y de días de reencontrarse a si misma,
ella sin saber existe en un plano que nosotros no comprendemos,
se apiada de que tengamos oportunidad de alguna vez perderla, porque ella sabe que en su abrazo se consigue la salvación que todos deseamos,
el abrazo de una Madre,
el cariño de un Papá.
Todo lo que siempre extrañamos esta allí, en el arte que ella encierra entre sus rectas y curvas,
entre esas ganas de perderse del mundo entre ella y sus piernas,
la muerte lo es todo,
es Satanás y Dios al mismo tiempo y habla la lengua del corazón,
esa que te embruja con ese acento europeo y las ganas de soñar de un niño huérfano y mundano,
la muerte esta allí caminando,
espera sin reposar, es jodidamente intrigante lo que quiere en realidad, es el pecado mas grande sin querer y la salvación de todo al final,
ella arte, 
ella es algo mas,
es la sonrisa que quieres encontrar al despertar.

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