miércoles, 1 de abril de 2015

Transfiguration.


Transfiguration by Olivier de Sagazan

El demonio toca a mi puerta otra vez, entre las cenizas de un cigarrillo y una fotografía vacía en mi mente,
logro recordar todo,
el dolor,
el placer,
el castigo y la sodomización por la cual me he hecho pasar a través de los años,
una especie de autoflagelación que aun no logro entender
pero que he llegado a recibir con cierta aprobación, la aprobación de afirmar que lo merezco,
que merezco esta herida que sigue sangrando,
que merezco caminar este sendero que camino,
a pesar que sé que nunca volverá nadie a este lugar.

Dentro, todo fluido y sentimiento se evapora, la rabia sigue alli y aunque bien controlada sigue quemando mis ojos y cegando todo lo que logro ver,
forzando de nuevo a la oscuridad a que venga hacia a mi,
mientras que yo sigo exorcizandome de mis errores tapándolos con peores errores que los que he cometido,
ciclos,
historias que se repiten una y otra vez como una fabula legendaria,
en el fondo confieso que tengo una teoría privada...Una que dicta que no hay héroes y no hay monstruos en este mundo. Sólo los niños deben estar autorizados a utilizar estas palabras o adultos,
porque ya no soy el mismo pequeño que antes y sigo evocando esas frases con esos pronombres falsos y sustantivos jamas verdaderos,
la única verdad es que nadie puede razonar con su corazón o como yo le digo mi demonio,
ese ser maldito que no deja de cometer errores y hacerme llorar,
ese maldito órgano que tiene sus propias leyes que desconozco y que suele amar todo lo que mi razón normalmente odia,
y sé que muchos leen esto como algo estúpido o incluso homosexual, pero, 
no es raro afrontar la brutal verdad con algo de fantasía o poesía,
que es lo mismo en dado caso,
como imaginar una disculpa que nunca llego, de esas que aunque no sirven nada, no te reparan el corazón, no te devuelven el tiempo que perdiste ni mucho menos te curan las heridas,
son bonitas de escuchar,
bonitas de escuchar y nada mas,
porque el silencio, ese silencio que he recibido detrás de cada discusión que he tenido o detrás de cada escena de celos que hice y cada queja que alguna vez llegue a expresar,
el silencio solo es la muestra del miedo de las personas que no saben verbalizar,
como una mujer cogiéndose todo lo que se mueve para sentirse segura de si mismo,
como un chico midiéndose el pene para sentirse seguro al desnudarse,
como ligar sin ningún fin para sentirte mejor,
como el sexo: Vació...
El silencio es eso, el himno internacional de una multitud que destruye a los pocos que nos transfiguramos y logramos traducir lo que nuestro demonio interior latiendo nos trata de decir...
Odio, 
rabia,
dolor,
miseria,
son demasiadas cosas y frustraciones y sin embargo sigo fingiendo,
todo esta demasiado bien.