En la penumbra de otra noche de vino y cigarrillos mis demonios se menean,
Y es que cuando ellos bailan sus danzas en mi cabeza, mis manos son las que tiemblan, mi prosa es la que arremete,
El problema conmigo mismo es que siempre dejo ver todo de mi, incluso lo que no es bonito,
Y me quedo callado mordiéndome las ganas de saber si todo saldrá bien siendo tan sincero,
Nunca funciona.
Pero, yo sigo tratando de ser sincero y ver si esa formula algún día funciona,
Tengo aun esperanzas, y aunque estoy enfermo y pudriéndome por dentro, me siento mas bohemio que nunca mientras me tomo un tinto y me fumo otro cigarrillo pensando y analizando cuanta frase se me viene a la cabeza,
Tampoco puedo negar que he tratado de ahogar mis penas en sexo,
Me he follado cuanta cosa se mueve, con o sin protección,
Les he devorado el sexo como si tuviera hambre de carne humana, tal vez ya Hannibal Lecter pueda empezar a respetarme, pero, tampoco quiero respeto, lo que quiero, en realidad ya no importa: Porque estoy resignado a no tenerlo, y eso, mi estimado lector es beneficioso para mi,
La primera frase que me dije a mi mismo esta mañana fue: "Hoy me duele menos..."
Y como por arte de magia, dejo de doler, mas tarde dejo de importar, y ahora me he dado cuenta que debo dejar de esforzarme para dejar de pensarlo y solo así se separara de mi mente aquella idea absurda que me dejo clavado al pasado.
Cuando se llega a este punto se da cuenta uno que es como la serpiente de Uróboros, comiendo su propia cola y engullendo su pasado y su futuro en un circulo sin final, y entiendes que es uno mismo y sus fantasmas y demonios quien esta a la casa de uno mismo, que no hay nada mas que superar, que el umbral de un pasado propio y superar un futuro quizás inalcanzable, entonces se haya quizás la paz mental, mas no la física, porque se sigue cazando porque somos animales de costumbres y como dice una amiga, las costumbres son mas difíciles de olvidar, porque se les quiere con nostalgia.
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