lunes, 22 de abril de 2019

Empty Broken Glass.

Estoy en esos días.
La rutina te agobia y lo único que considerabas bueno se dejo escurrir gota a gota por ti mismo,
Comprendo que no hay culpables en esto; Estas son las consecuencias de una guerra fría, sin sentido y sin tregua, comprendo que me has superado, con creces y demás, que soy el fantasmas de tus viejas fotografías, como decía aquella canción que te mostré y tanto te gustaba...

Aquí, en esta tierra de nadie, trato de llena el vació que dejaste con cosas, cigarros, alcohol, mujeres, pero sé muy bien que hay vacíos que tan solo se llenan con la persona correcta, como si fuesen esos juguetes para niños menores de 3 años, de esos que les enseñan sus capacidades cognitivas y donde las cosas tienen que encajar, a mi nunca me toco de esos juguetes supongo, porque aun sigo y sigo, y seguiré intentando por un tiempo llenar tú vació con algo que sé que allí en ese hueco horrendo que dejaste: No va.

Ahora mismo estoy llorando, frente a este monitor y el cursor titilante,
entendiendo que la pieza que falta le vi caer y que jamas me detuve a recogerle, sea por lo que sea,
ahora entiendo que hay una linea mínima entre mi orgullo y si realmente me importa todo esta pasando y yo estoy parado sobre esa linea, el problema es que no se a donde ir,
la deriva juega conmigo otra vez,
como juegan las olas del mar con una medusa muerta, intangible, sin sentido, flotando en una nada llena de paz y miseria,
esta maldita miseria a la que me condenaste con tu silencio, el silencio que yo trate de hacer apacible y tu volviste hostil,, lleno de incógnitas y prohibiciones,
lleno de odio y rabia,
esos dos sentimientos que no quería sentir hacia a ti, pero que en un vuelo de 12 horas decidiste volver realidad, sabiendo muy bien los verosímil de los amores de veranos,
y esas distancias que deseas que sean mas cuando logras acortarlas.

Y así,
me doy cuenta, que hay sensaciones que como buenas amantes, siempre vuelven.
Siempre están allí para mi, como esta melancolía que me acompaña a estas horas de la madrugada,
como la soledad de mis mañanas y la demencia de mis mediodías,
como esos pensamientos llenos de fuego en el medio de las noches, en esas horas que tú sabes muy bien me aterrar ver el sol esconderse al atardecer,
ese miedo que desde niño no he podido comprender,
y lo sé porque todo esto ha pasado antes,
pero ninguno de ellos se había clavado tan fuertemente, como colmillos hasta hoy,
hoy que sé que tan mala puede ser una chica buena,
aunque en el fondo siempre lo supe,
pude ver esos demonios en ti, cuando flotabas sobre mi,
y sentía como te mojabas sobre los míos, mis demonios y mis defectos,
esos que tanto amabas y que ahora detestas,
Espero, que este nuevo inicio pueda llenar lo que yo deje vació,
Échame de menos de por vida,
que te jodan bien jodida;
esta es mi derrota más deportiva.

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