Synesthesia.

A veces siento martillazos en el pecho,

Son tus labios besando los de otro,

Otras muchas veces sentí mi cama agitarse y morí del miedo, 

mientras tus caderas se agitaban sobre él,

Luego comprendí qué era estar conectado a alguien de una manera surreal, 

Y ahora trato de cortar ese hilo rojo del qué tanto me hablaste hace años,

No hay luz en este tramo,

Pero poco a poco aprendo a ver en la oscuridad. 

Cuando me plantearon este viaje, tenía miedo,

Sufro de nuevo de esos ataques de ansiedad en los cuales sientes que un xenomorfo te va a salir por el pecho y vas a morir inminentemente,

Recuerdo saber que ya no te importaba cuando te dije que sentía calor y que me dolía el pecho y me dijiste que todo estaba en mi cabeza y dejará de darle importancia,

Tan poco ya te importaba, 

Tan poco te importaba lo que pasaba ya dentro de mi,

Cuando a mi jamás me dejo de interesar qué pasaba en tu corazón, tu mente, 

incluso tu estómago, pero son cosas que se quedaron allí, en mi cabeza sin ningún como ni porque, 

en esa mi cabeza, algo que jamás he podido controlar, 

Ese radar qué cuando me dice que algo está mal: Esta muy mal. 

Siempre lo había sabido,

Ese discurso de que nunca piensas en ti, lo ibas a invertir como excusa fatal, 

Y como un puñal, invisible: Ibas a clavarlo a voluntad, 

Con cara de inocencia, 

Y mirada de maldad,

Una cara de complicidad qué conozco muy bien, 

La conozco porque te conocí así, 

Luchando tan solo por ti y tus intereses, 

Pero supongo que ahora yo debo luchar por los míos y marcharme en este viaje tan lejos a tomar oportunidades que jamás tome antes con la excusa de que era por ti, pero era por mi, porque tenía miedo y aun lo tengo, pero debo volar,

Caer y aprender a levantarme, 

Porque estoy seguro que Icaro jamás se arrepintio de haber volado tan cerca del sol, 

Y yo tampoco lo haré;

Lo que sea por dejar de sentir tus martillazos y tus mareas,

Lo que sea por escapar del viejo dolor...

Lo que sea por eliminar esta sinestesia.