domingo, 5 de octubre de 2014

Abstracta.

Tras el preludio de un beso,
acarrean las ganas de probar emociones ajenas y a la vez provocar  un aliento enriquecido por el tiempo y macerado por palabras.
Todo se remite al acercamiento de los cuerpos, esa fuerza que como imán atrae a las pasiones y repelen los remordimientos que se acompaña con la suave melodía que da tu corazón al palpitar.

Mis labios se preparan para recorrer la tersa piel de tu cuello,
abriendo paso a la lengua que con su leve roce eriza hasta los mas profundos sentimientos.
Después de esa breve presentación,
te vez atrapada y envuelta en la tenas manifestación de mis manos,
la pasión presiona mis dedos entre tus costillas al inspirar de placer..
Solo allí con la aprobación  que me deja tu silencio,
me vuelo como la bruma sobre tu cuerpo ya ávido de lujuria
y solo allí te conjugo y te hago verso
y solo allí te imagino y dibujo
justo en ese momento, creces y eres malditamente mía.
Eres ese verbo que llevan a mis labios a predicar el querer de tus manos.
Eres el impulso que me invita a detallar los actos enredados de la lujuria.
Eres la brecha que conecta a la cordura y que también susurra delirio al oído.
Eres la dama arropada de musa, y el puente entre mis labios y tus dedos.
Eres el desvelo sin cansancio, y la forma que muchos ven pero que ninguno admira...

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