jueves, 9 de octubre de 2014

Vesta.

Incluso el hombre que pelea contra el mas duro frío
teme a las profundidades de su propia alma,
y no es por miedo en si
es porque todos tememos conocernos en si a nosotros mismos.

Nadie alcanza su hogar sin antes haberse perdido,
y yo ni siquiera sé donde coño me encuentro.
He caído como la estrella que brillaba y cantaba, me he estrellado contra la gravedad de los hechos,
ya no hay señales de vida
las palpitaciones no son mas que espasmos de costumbres,
como cuando amas a algo por su recuerdo
no por su realidad.

Hoy por hoy mis héroes no son mas neuróticos que mi propia audiencia
mientras son devorados poco a poco en un festín de cuervos
yo, los miro perdido entre la sangre y la pus,
yo, los respiro desde lejos con ese olor que es tan dulce que llega a volverse putrefacto,
estoy aquí mirando el futuro de frente con los ojos medio dormidos,
mi hogar esta cerca
pero mi viaje apenas ha comenzado.

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